Llegué a visitar a mi amigo, un
breve saludo y empezamos a platicar de las novedades como soy alguien que vive
relativamente aislado las noticias me llegan tarde, así comentamos los últimos
sucesos, de todo un poco, política local, eventos etc. Hasta que me informó del
fallecimiento de su amiga María Azucena, para mi solo una conocida, ya que yo
no tenia amistad directa con ella la
conocía más por los comentarios de mi amigo que elogiaba sus logros
profesionales en el área de computación. A pesar de todo en ese momento me sentí muy apesadumbrado
me dolía que hoy fuera una vida truncada, en verdad me conmovió, yo mismo
estaba sorprendido por esos sentimientos que me invadían por una muchacha con
la que solo habría cruzado algún saludo y un par de palabras, como él sí se
consideraba su amigo me ofrecí a acompañarlo al velorio esa noche. Más tarde llegamos en su automóvil al lugar
donde estaba siendo velada pero había tanta gente, lo que hablaba de el dolor
que había causado su repentina muerte un ataque cardiaco según nos habían
comentado, lo convencí de alejarnos y no pasar a la sala de velación cuando hay
tanta gente en un evento de estos siento que mi presencia no tiene mayor trascendencia en un lugar así donde está presente lo más
distinguido de la sociedad, por otro lado donde siento que sí puedo ser útil
pues generalmente permanezco ahí todo el tiempo necesario y me apresto a
ayudar.
Así que nos retiramos solo
lamenté no haberla visto por última ves, es algo que considero importante
cuando una persona que aprecio “se va” el tener la certeza que ha emprendido ese “viaje” y en silencio
despedirse o más bien decirle hasta pronto. Recuerdo en una ocasión que perdí a un amigo
muy cercano, ¡Que difícil y doloroso es eso! Nos resistimos a creer que no
volveremos a ver a alguien con quién compartimos tanto, que fue parte de
nuestra vida así que en uno de mis sueños lo encontré, que alegría sentí aunque le reproché así; ¡Donde estabas! ¡Te extrañamos tanto! Pero esa ocasión fue solo
un sueño.
Quisiera decir que a mis 50 años pertenezco
a una generación que es transición en nuestro México Rural, entre una época
donde mucha gente afirmaba haber visto por lo menos a un fantasma o al diablo etc. y la generación actual del
acelerado desarrollo tecnológico y una educación basada en la ciencia, pero
desafortunadamente no es así la verdad
es que la gran mayoría de personas de la actual generación siguen en la
ignorancia y en la superstición ya que todavía
pretenden que un brujo les resuelva sus problemas y que decir de nuestros
jóvenes que pasan horas frente a
computadoras pero sus mentes no han superado a la edad media como demuestra la
gran cantidad de correos supersticiosos que circulan por la “red”, la verdad últimamente
ya no he visto ese tipo de cosas espero que sea un buen indicio. Pero el caso
del "Ada de Guadalajara" nos demuestra lo atrasados que estamos.
Pasaron unos días y yo todavía no
me reponía de mis sentimientos de pérdida, por esta joven era ya muy entrado el
atardecer del octavo día de su fallecimiento ya estaba obscuro yo venia
manejando una camioneta pasé por su casa, y me alejaba por la calle principal
que conduce a esta, de pronto veo venir una silueta que se asemeja mucho a ella
luego la veo claramente a unos escasos metros pues venia caminando rumbo a su
casa en sentido opuesto al que yo me dirigía y por la acera que quedaba a mi
derecha ¡por un segundo ahí estaba! Muchas ideas, muchos sentimientos se agolpaban
en mi mente ¿estoy viendo un fantasma? ¿Estoy
imaginando esto? Por un instante cruzamos la mirada ahí estaba con su ropa
deportiva tal como vestía al ir al gimnasio, mi sentimiento dominante fue de
felicidad y estaba maravillado ante tal prodigio en ningún momento sentí miedo,
levanté la mano para decirle adiós pero no hubo respuesta, desvió su mirada mientras
su rostro inexpresivo se perdía en lo obscuro, no acerté a detenerme y tratar de acercarme a
ella, continué mi camino viviendo muchas sensaciones y sentimientos ¡ya era
demasiado! ¡como si hubiera visto a un extraterrestre! Así de impactado estaba.
Si ya había vivido algo semejante en mis sueños en esta ocasión era muy real estaba
completamente despierto aunque estaba reaccionando de la misma manera y con la curiosidad de un científico ante lo desconocido...
Continuará.