Hay
momentos en la vida en los que los problemas nos agobian, parece que hemos
tocado fondo y no se ve ninguna solución, en apariencia ya no tienes nada por
que luchar (Que pensamientos tan egoístas). Me
encontraba en uno de esos momentos terribles, ¿que me pasaba?, muchas cosas veía todo tan
negativo que la vida misma era una tortura no podía más, todo era sufrimiento
solo quería terminar con eso.
Es algo típico por lo que pasan todos los jóvenes la falta de oportunidades, lo difícil que es costearse una carrera profesional, el mercado laboral que pide experiencia, y un largo etc.
Es algo típico por lo que pasan todos los jóvenes la falta de oportunidades, lo difícil que es costearse una carrera profesional, el mercado laboral que pide experiencia, y un largo etc.
Un día
desperté decidido; terminaría con mi vida en las próximas horas, ya no tenia
ninguna duda solo debería elegir el método adecuado de suicidarme, era muy
joven ¿25? Eso que importaba. Lo primero
que decidí fue que sería en una ciudad cercana así que viajé hacia allá, llegué
y empecé a caminar sin rumbo como un zombi,
solo me ocupaba de pensar en,… en tantas cosas solo pensamientos sombríos,
mi vida era inútil pero muy pronto terminaría ¿sentiría dolor? Valía la pena
razonaba después ya no sentiría nada y nada por que luchar al fin podría descansar
para siempre,… por siempre,…
Caminaba
de un lugar a otro de la ciudad sin dirección fija, un parque, la playa. De pronto estaba dentro de un
centro comercial, igual vagabundeando, quedé frente al departamento de librería,
como si me hubieran llevado ahí exactamente, me llamó la atención al alcance de mi mano
había un libro cuyo título no recuerdo pero hablaba del suicidio, estiré la
mano lo tomé y lo abrí, en esa página estaban escritas varias ideas en torno al
suicidio. Una decía algo así; ¿ha visto
Usted una goleada en un partido de fut bol? 5 a cero, 10 a cero o más ¿ha visto
que el equipo perdedor se retire de la cancha por ello? No de ninguna manera se
juega hasta el final nadie abandona la cancha hasta terminar la partida.
Fue suficiente,
bendito libro ¿Cuántas vidas has salvado? No necesité leer más era como si una
luz hubiera borrado lo sombrío de mi mente, gracias fuerza divina que me
mostraste el camino y me hablaste de manera muy sutil haciéndome reaccionar en
un solo instante.
Que ironía,
los problemas que me ahogaban ni siquiera los recuerdo, hoy aconsejo a quién
tiene un problema tan grande que le está matando, que se tranquilice ya que con el
paso del tiempo ese problema se vera muy pequeño tanto que te dará risa pensar
que aquello te estaba matando.
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