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lunes, 25 de marzo de 2013

Un Rayo de Luz



                Hay momentos en la vida en los que los problemas nos agobian, parece que hemos tocado fondo y no se ve ninguna solución, en apariencia ya no tienes nada por que luchar (Que pensamientos tan egoístas).   Me encontraba en uno de esos momentos terribles,  ¿que me pasaba?, muchas cosas veía todo tan negativo que la vida misma era una tortura no podía más, todo era sufrimiento solo quería terminar con eso.
                Es algo típico por lo que pasan todos los jóvenes la falta de oportunidades, lo difícil que es costearse una carrera profesional, el mercado laboral que pide experiencia, y un largo etc.
                Un día desperté decidido; terminaría con mi vida en las próximas horas, ya no tenia ninguna duda solo debería elegir el método adecuado de suicidarme, era muy joven ¿25? Eso que importaba.  Lo primero que decidí fue que sería en una ciudad cercana así que viajé hacia allá, llegué y empecé a caminar sin rumbo como un zombi,  solo me ocupaba de pensar en,… en tantas cosas solo pensamientos sombríos, mi vida era inútil pero muy pronto terminaría ¿sentiría dolor? Valía la pena razonaba después ya no sentiría nada y nada por que luchar al fin podría descansar para siempre,…  por siempre,…
                Caminaba de un lugar a otro de la ciudad sin dirección fija, un parque, la playa.   De pronto estaba dentro de un centro comercial, igual vagabundeando, quedé frente al departamento de librería, como si me hubieran llevado ahí exactamente, me llamó la atención  al alcance de mi mano había un libro cuyo título no recuerdo pero hablaba del suicidio, estiré la mano lo tomé y lo abrí, en esa página estaban escritas varias ideas en torno al suicidio. Una decía  algo así; ¿ha visto Usted una goleada en un partido de fut bol? 5 a cero, 10 a cero o más ¿ha visto que el equipo perdedor se retire de la cancha por ello? No de ninguna manera se juega hasta el final nadie abandona la cancha hasta terminar la partida.
                Fue suficiente, bendito libro ¿Cuántas vidas has salvado? No necesité leer más era como si una luz hubiera borrado lo sombrío de mi mente, gracias fuerza divina que me mostraste el camino y me hablaste de manera muy sutil haciéndome reaccionar en un solo instante.
                Que ironía, los problemas que me ahogaban ni siquiera los recuerdo, hoy aconsejo a quién tiene un problema tan grande que le está matando, que se tranquilice ya que con el paso del tiempo ese problema se vera muy pequeño tanto que te dará risa pensar que aquello te estaba matando.