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viernes, 6 de julio de 2012

Un Sueño


El campo abierto es algo muy especial para mi, y supongo que para todo mundo, bueno hay quién prefiere estar permanentemente en una ciudad con todas sus comodidades yo adoro el mar, el monte, la montaña nevada, la sierra, el desierto, ríos lagos etc. Con todos los riesgos e incomodidades que esto implica.
                Me remonto de nuevo a mi juventud, alrededor de los 16 años, tengo amigos con quienes comparto al menos algo de ese gusto por la Naturaleza, digo algo porque a ellos les gusta la cacería a mi no pero me encanta caminar en el monte, acampar, subir montañas.
                Pues bien ese día nos reunimos los tres en la plática surgió la idea de ascender la montaña más alta visible desde nuestra localidad, ellos con sus motivos cinegéticos yo solo con la idea de realizar lo que nos parecía una hazaña, ya que acordamos llegar a la cumbre y esto era una empresa nada fácil sobretodo por nuestra inexperiencia.
                En menos de una semana reunimos lo necesario (que no era gran cosa) para iniciar nuestra aventura  un compañero llevaba un rifle calibre 22, para mi las armas no despiertan interés, así  fijamos el día en que partiríamos.
                La noche anterior al día de partida yo estaba muy entusiasmado con la aventura que iniciaríamos el día siguiente, así me fui a dormir muy emocionado. En mis sueños me vi ya en  la montaña, estábamos en un campo abierto entre los árboles,  frente a un blanco de centro rojo alguien medió una hermosa pistola tipo escuadra, negra con cachas blancas con la que disparé al blanco con tanto acierto que mis compañeros admiraron mi buena puntería, pero repito eso fue solo un sueño.
                Por la mañana nos reunimos cargamos nuestras mochilas e iniciamos la caminata que nos llevaría a una pequeña localidad ubicada en la base de esta montaña de la que se contaban muchas leyendas. Llegamos a la casa de quién sería nuestro guía en el ascenso descansamos y comimos ya por la tarde iniciamos los cuatro una caminata de exploración con el plan de regresar a dormir a la casa esa noche e iniciar el ascenso al día siguiente muy temprano. Así caminamos un buen rato en un claro entre los arboles el guía nos preguntó ¿quieren tirar?  Con el machete hiso unos trazos en un árbol a manera de blanco se acercó a mí y me entregó ¡Una vieja pistola negra con cachas blancas! Que si bien no tenia nada de hermosa la asocié de inmediato a mi sueño de la noche anterior, sin pensarlo mucho apunté y dispare dando en el blanco mis compañeros hicieron comentarios de admiración, tal como en mis sueños no me resistí a contárselos que había vivido esos momentos en mis sueños pero a ellos eso nos les causó mayor curiosidad.
                Y hasta aquí el relato que nos interesa para no aburrirles con el resto de esta aventura, claro si alguien me pide le cuente el resto con gusto lo haré.

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